Blogia
Gothic-Biker-Girl

Recuento

Recuento Cada vez que Last Rebel vuelve del curro, me pregunta si he escrito algo :p Por supuesto que soy sincera y le digo que no he tenido la voluntad suficiente para sentarme y empezar a vaciar mi cabeza mediante el teclado. Y es que tengo tanas cosas revoloteando. Desde que tenía 12 años he intentado llevar un diario, claro, he llenado cuadernos y más cuadernos aunque las anotaciones no son estrictamente diarias. Ahora, desde que estoy en España, padezco un curioso síndrome: almacenitis cerebral aguda. Sip, todo lo estoy distribuyendo en diferentes archivos mentales, pero es tal la cantidad de experiencias, opiniones, referencias y hechos, que mi cabeza se ha convertido en un verdadero caos.

Ayer, por ejemplo, mirando por la ventana del salón cómo limpiaban con pipas de agua las calles del barrio donde vivo, recordé mi reacción la primera vez que vi eso: mucha sorpresa, sin duda. Y no es que me asombre que rieguen las calles una vez por semana, sino que eso no se acostumbra en México, al menos no a nivel popular en la capital que es de donde provengo. Tenemos tantos problemas para mantener los servicios públicos para 22 millones de habitantes, que cuidar el agua se ha convertido en una prioridad. Hace más de 20 años que se lanzó una campaña publicitaria de la Comisión Nacional del Agua donde se recomendaba cerrar los grifos y no regar calles con mangueras ni lavar los coches con cubos y cubos de agua, hasta un punto que se convirtió en parte de la cultura popular el slogan: ¡Ciérrale! junto con el gesto de cerrar con la mano un grifo. Aún hoy, hay muchos barrios en la Ciudad de México (colonias, como los llamamos allá) más aún los que se sitúan en la periferia, que carecen de suministro constante de agua y deben apañarse con bidones que logran llenar cuando las autoridades surten agua mediante pipas. Y es que el Valle de México apenas se surte de agua de los ríos Lerma y Balsas a través del Sistema Cutzamala pero estas cuencas se han ido agotando como es lógico y padecen de cierta contaminación, así que también se reutiliza el agua residual tratada donde no se requiera que sea potable. Debido a esto, cualquiera podrá imaginar mi sorpresa al ver que aquí limpian las calles con mangueras a presión.

Hace dos semanas fue mi cumpleaños y por primera vez mi ánimo no decayó en ningún momento, jejejeje. Afortunadamente, Last Rebel hasta en ese detalle se diferencia tanto de los demás: suele ser feliz cuando es su cumple, así que, en el mío no fue la excepción y a pesar de ser el primero que paso lejos de mi mundo, también fui feliz y lo disfruté como si tuviera 10 años ;) hubo cena, tarta y regalito: una Living Dead Doll, una de mis favoritas, que no imaginé que Last Rebel la recordaría (muestro aquí la foto y este es el link: http://www.livingdeaddolls.com). Estas muñecas son muy peculiares dado su toque spooky, jejejeje, pero se han vuelto objeto de culto inclusive entre algunos coleccionistas de juguetes o de artículos góticos. Sin embargo, la celebración se vio un tanto opacada porque Last Rebel empezó a manifestar los primeros síntomas de esa gripe tan rara que afecta como si fuese gastroenteritis. Una semana completa padeciendo y claro, sin ir a currar, una semana de constantes mimos y apapachos, jejejeje. Pero para el siguiente fin de semana, ya estaba recuperado y bebimos algunos gin&tonic para celebrar :)

Continúo adquiriendo los libros que el periódico El País está lanzando cada lunes, martes y miércoles. Hay algunos títulos que me han interesado más que otros, así que son los únicos que compro aunque la colección de libros clásicos de aventuras no vaya a estar completa al final. Empezé a releer "El Sabueso de los Baskerville" de Conan Doyle, pero como suele ocurrirme, no estaba de mucho "humor" para ese libro y lo he dejado en la mesita de noche junto con "Los Pilares de la Tierra" de Ken Follett que me prestó Last Rebel. Este es un libro que me parece muy interesante y me atrapa su estilo, toda esta intriga en plena Inglaterra de la Edad Media, pero tampoco he tenido mucha cabeza para concentrarme en su lectura. Por el contrario, Gabriel García Márquez me ha capturado una vez más, jejejeje. Desde mi "reconciliación" con él, me resulta inevitable pasar por alto algunas de sus obras si acaso caen "milagrosamente" en mis manos. Claro, compré "Crónica de una muerte anunciada" aprovechando que lo vendieron a 1 euro y casi lo devoré en un día. Después me prestaron "El olor de la guayaba" que es una larga entrevista que Plinio Apuleyo Mendoza le hace a García Márquez, tiempo antes de que este recibiera el Premio Nobel en 1982. Vamos, ni siquiera se vislumbraba la opción de ser nominado. Y también lo devoré con singular alegría ;) Cuando hablo de una reconciliación entre este magnífico escritor y yo, me refiero a que cuando yo tenía 11 años, aproximadamente, la madre de uno de mis compañeros de colegio, me prestó "Cien años de soledad", pero sólo empezar a leerlo me dejó esta cara ------> O_O porque no entendí casi nada. Y es que a pesar de que fui una lectora precoz de terror, el realismo mágico no es fácil de digerir cuando no has tenido acercamiento alguno a él. Aunque a Juan Rulfo, compatriota mío, se le considera el "creador" de tal estilo literario, y en casa siempre había estado a mi alcance su recopilación de cuentos "El llano en llamas", jamás lo había leído y por más que dejara volar mi imaginación, cien años de soledad me pesaron mucho. Al cabo de diez años, cuando estudiaba el diplomado de Creación Literaria, fue necesario que me acercara a García Márquez por diversos motivos. El título "El amor en los tiempos de cólera" me atrajo. Compré ese libro y sin más, caí rendida ante la singularidad de aquel colombiano que plasmó tan bien una historia de amor tan peculiar que transcurre durante 60 años. A partir de entonces, he adquirido algunos de sus libros y son "fan" de él. Y ahora tengo en mis manos, la primera parte de su autobigrafía "Vivir para contarla", pero a decir verdad, aún me lo pienso mucho para empezar a siquiera ojearla. Me parece más revelador que otros cuenten las vidas de los escritores, es más fácil que detallen, analizen y muestren, que el propio autor. En fin, tal vez me tome un tiempo para decidir leer la autobiografía de García Márquez.

0 comentarios